El archipiélago de Tristán de Acuña es el lugar habitado más inaccesible del mundo. Su único asentamiento consta de alrededor de 300 habitantes, y su actividad económica es, mayormente, de subsistencia. Los ingresos de la isla, aproximadamente un 70%, se basan principalmente en la venta y exportación de langostas.
Su población vive en la isla que da nombre al archipiélago volcánico, cuyo relieve y escaso tamaño (98 km²) ha condicionado la historia y el modo de vida de quienes la han poblado.
No tiene aeropuerto y su puerto marítimo es muy pequeño. Si quisiéramos llegar a Tristán de Acuña tardaríamos unos 7 días desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica, siempre y cuando consiguieras un pasaje a bordo en los navíos que se aproximan al archipiélago, cuya frecuencia es, como mucho, de una vez al mes. Incluso tendríamos que tener la autorización del Alcalde de la Isla, obtener un certificado de la policía británica y demostrar que hemos comprado el billete de vuelta a Ciudad del Cabo. Pero Ciudad del Cabo no es el lugar habitado más cercano, sino la isla de Santa Helena, ubicada a 2.161 km al norte: 4 días en barco.
La población cuenta con un moderno hospital y una modesta escuela, ambos con un médico y un profesor, respectivamente, que están en la isla con contratos temporales desde el Reino Unido. También hay una cafetería, un salón para eventos sociales, una oficina de correos y un pub.
Gentileza. oceanwide-expeditions.com
El resto de las islas que forman el archipiélago son la Isla Inaccesible, la Isla del Ruiseñor (Nightingale Island) y la Isla de Gough (también conocida como Gonçalo Alvares o Diego Alvares), todas ellas deshabitadas.