El segundo sábado de octubre se conmemora el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, una fecha clave para visibilizar la importancia de proporcionar atención integral a las personas que enfrentan enfermedades graves o terminales.
Se enfocan en el manejo del dolor y los síntomas, promoviendo dignidad y bienestar en el proceso, al mismo tiempo que ofrecen apoyo emocional, social y espiritual. Este día tiene como objetivo crear conciencia sobre la necesidad de servicios que alivien el sufrimiento, y mejoren la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus familias.
Cuáles son las enfermedades que requieren más cuidados paliativos:
- enfermedades cardiovasculares (38,5%)
- cáncer (34%)
- afecciones respiratorias crónicas (10,3%)
- VIH/SIDA (5,7%)
- diabetes (4,6%)
El 50% de los enfermos terminales de todo el mundo jamás lo reciben y el 75% muere con dolor emocional.
Si bien la Organización Mundial de la Salud ha decretado que los cuidados paliativos son un derecho esencial para todas las personas, se estima que millones de personas en el mundo, especialmente en países en desarrollo, no reciben este tipo de cuidados.
La terapia de cuidados paliativos abarca un amplio conjunto de tratamientos que comprenden:
- Control del dolor: A través de la administración de medicamentos adecuados y la aplicación de técnicas no farmacológicas, como la relajación o la terapia física, se asegura el alivio del dolor y el bienestar del paciente.
- Atención psicológica y emocional: El acompañamiento, la escucha activa y el fomento de un ambiente de confianza son clave para ayudarles a enfrentar el impacto emocional de su enfermedad y a mitigar el miedo, la ansiedad y la depresión. Los equipos de cuidados paliativos saben que el dolor afecta su calidad de vida y le quita la energía o la motivación para seguir haciendo las cosas que le gustan. Entonces, se lo ayuda a fijar metas para el futuro a fin de llevar una vida significativa mientras recibe tratamiento para su enfermedad.
- Gestión de los síntomas: Se evalúa y controla los síntomas físicos, como la falta de apetito, el estreñimiento, el insomnio o la fatiga, a través de la administración de medicamentos, la implementación de terapias complementarias y la atención integral.
- Prevención de complicaciones: Se brinda atención en el manejo de úlceras por presión, infecciones, problemas respiratorios y otros problemas derivados de la enfermedad. A través de técnicas de movilización, cuidado de la piel y monitorización constante, se busca asegurar el confort físico. También se ayuda al paciente a tolerar los efectos secundarios de los tratamientos médicos que recibe.
- Soporte familiar: Los profesionales trabajan de la mano con los familiares proporcionándoles información clara y precisa, resolviendo dudas y apoyándolos emocionalmente. La familia es un elemento fundamental en el cuidado del paciente terminal.
- Otras actividades: Algunos pacientes encuentran consuelo en escuchar música relajante o sus canciones favoritas, lo que ayuda a crear un ambiente de paz y bienestar. Otros disfrutan de leer o que les lean libros. Estas actividades no solo distraen, sino que les permiten conectar con recuerdos agradables y momentos de felicidad. Para aquellos que lo desean, se puede incluir contención religiosa y buscar el apoyo de consejeros espirituales, quienes les brindan oraciones o charlas para ayudarles a encontrar paz interior. El apoyo espiritual también puede incluir la meditación o la reflexión sobre la vida y el propósito, lo que contribuye a aliviar la angustia emocional.
Aunque por lo general el equipo de cuidados paliativos tiene como base un hospital o clínica, cada vez es más común que brinden sus servicios en el entorno ambulatorio, ya que resulta más recomendable proporcionar apoyo tanto a los pacientes como a los cuidadores en la comodidad del hogar.
Y a medida que la población mundial envejece y el número de personas que viven con enfermedades crónicas aumenta, los cuidados paliativos se han vuelto una necesidad creciente en los sistemas de salud globales. Esta conmemoración invita a reflexionar sobre la importancia de desarrollar políticas que apoyen estos servicios, la formación de profesionales especializados y la sensibilización de la sociedad sobre la importancia de acompañar a los pacientes y sus familias en momentos críticos.
La atención paliativa no es una novedad:
Surgió durante la edad media, donde se intentaba dar cobijo y alivio al sufrimiento de los pacientes que fallecían posteriormente debido al poco desarrollo en materia de salud y las condiciones sanitarias de la época.
Recién en el año 1967, aparecería en Londres el primer hospicio que aceptaría a personas con enfermedades terminales. Su propósito era el de brindar apoyo físico y psíquico, tanto a los pacientes como a sus familias, para que pudiesen sobrellevar el duelo. Además, de realizar estudios para encontrar nuevos tratamientos que pudieran alargar su tiempo de vida o curar esa enfermedad en el futuro.
Los especialistas en cuidados paliativos se enfocan en ofrecer al paciente terminal una nueva perspectiva de su situación, ayudándole a encontrar un espacio para reflexionar sobre las experiencias valiosas que ha vivido y expresar gratitud por el tiempo que ha tenido, sin importar su duración. A través de esta atención, se intenta que el paciente pueda encontrar paz y aceptación en esta última etapa de su vida.
Además, otro de los objetivos clave de los cuidados paliativos es preparar a las familias para el desenlace, con apoyo psicológico y social al grupo familiar, guiándolos en el proceso de aceptación y duelo.
¿Cómo pueden las familias afrontar mejor la preparación para una pérdida? La intervención de estos especialistas ofrece herramientas que facilitan este proceso, buscando aliviar el dolor y reducir el impacto emocional de la partida. Se trabaja para cerrar cualquier proceso emocional pendiente relacionado con el paciente, se busca aceptación y paz en una de las etapas más difíciles de la vida.