Revivir la heroica travesía que emprendió en 1817 una de las columnas del Ejército del general José de San Martín al mando del capitán Lemos, recorriendo el Portillo argentino y el paso Piuquenes para atravesar los Andes y llegar a Chile, es uno de los desafíos más atractivos que se ofrecen desde la provincia de Mendoza, al sur de Argentina.
Este hecho histórico es famoso entre los países del cono sur: Perú, Chile y Argentina que han estado unidos desde sus orígenes por la misma gesta independentista protagonizada por el General San Martín al inicio de la lucha por la independencia del colonialismo español.
En este artículo te contamos acerca de la aventura de senderismo por la montaña más impactante del continente. Por la noche se acampará bajo cielos increíblemente enormes; y durante el día aparecerá un escenario mágico de picos irregulares, montañas cubiertas de nieve y paisajes desolados del desierto.
La expedición dura entre 6 y 10 días
Haciendo trekking o en cabalgatas, recrear la ruta que se inicia en Tunuyán y que asciende a más de 4.300 metros, implica esfuerzo y disciplina pero, según aseguran quienes la atravesaron, es una de las aventuras épicas más pintorescas por el contacto con la montaña y la naturaleza y más significativas por la historia que la rodea.
¿Estás preparado para emprender el recorrido?
Las salidas con turistas se realizan en temporada de verano (diciembre, enero y febrero). El resto del año las condiciones de la cordillera lo vuelven riesgoso: ríos crecidos y deshielos en diferentes zonas, nieve y mucho frío.
Si estás pensando en realizar el cruce de Los Andes caminando debes tener en cuenta lo siguiente:
- Tendrás que enfrentar el cansancio en lo aeróbico, esto es la falta de aire al encarar una cuesta o al moverse en terrenos con altitudes que no son normales en los lugares urbanos.
- Días de tránsito en camionetas 4 x 4, caminatas entre cimas de miles de metros, cruce de ríos y arroyos, dormir en carpas en la inmensidad de la montaña.
- Enfrentar el cansancio en lo muscular y articular (tobillos, rodillas), producido por caminatas de varias horas (una jornada de trekking puede incluir entre 6 y 8 horas).
- Si bien en las expediciones los organizadores cuentan con mulas de carga que acompañan durante el camino, siempre deberás llevar en tu mochila vestimenta, agua y alimentos.
- Y pueden haber tramos donde los animales no acompañen al grupo y tengas que llevar todo tu equipo en tus espaldas.
- También es importante que tengas en cuenta el factor psicológico, esto se vincula con tu autocontrol, fuerza de voluntad, y actitud al estar alejado por algunos días de todo vestigio de civilización, donde los servicios y situaciones están muy lejos de lo cotidiano.
Quienes hicieron la travesía nos cuentan que uno no vuelve siendo el mismo…
Todos aseguran que es un viaje único, para volver a conectarnos con la historia, con la naturaleza, con nuestras pasiones. Para superar nuestros miedos, dejarnos guiar por nuestro instinto. Para olvidarnos de la tecnología, de la rutina, de las presiones. Sin dudas, la osadía de estar en las entrañas de las montañas más importantes del continente y la diversidad de colores frente a nuestros ojos en esas formaciones escondidas son el mejor premio para cualquier esfuerzo.
El Cruce de los Andes es uno de esos desafíos difíciles de expresar con palabras, ¡Hay que vivirlo!
“Se trata de un recorrido que no dispone de baños ni duchas, a menos que juntes valor y te higienices en un río de alta montaña o en alguna cascada perdida por ahí. Sí garantiza habitaciones con vistas alucinantes, campamentos frente al Aconcagua, asados, pizza y los mejores guisos caseros a la luz de un millón de estrellas y unas pocas linternas, o si tenés suerte, del gran lucero.” cuenta Sofía.
“Es una de las experiencias más hermosas de mi vida", dice Jorge.
"Estar donde estuvo el General San Martín es muy emotivo e importante. Se pisa y siente la patria, y se siente al General" relata Elena.
“Lo más lindo, además de los paisajes que son imponentes, fue el compartir con tanta gente que no conocíamos y hoy son nuestros amigos. Todos nos ayudamos, compartimos experiencias de vida, cantamos y bailamos” recuerda Mayra.
“Las únicas palabras que me vienen a la mente para intentar describir este viaje son: era como caminar en la luna rodeado de gente estupenda, comida y vistas memorables”. Nico de San Francisco, EE. UU.